martes, mayo 13, 2008

Por todo esto

Porque hay veces que el alma se desborda, que el corazón se desgrana y las lágrimas asedian los ojos. Porque hay momentos en que la vida desfila ante la mirada ingenua y trae el aroma de aquellos tiempos.

Porque a veces no se puede eludir el deseo, ni la ilusión olvidada, porque aunque se piense que se ha perdido la capacidad de amar, hay cosas que no cambian.

Porque una voz alegra el alma y la entristece, porque una sonrisa vence cualquier barrera, porque un abrazo inédito no deja obviar otro viejo, porque hay sombras de antiguos besos en besos nuevos.

Porque el tiempo no pasa en balde, porque las cicatrices punzan, porque a duras penas se alza el vuelo con tanto peso y hay días que el frío congela los huesos.

Porque hay tanto que extrañar, que ya sólo se extraña, porque hay más ausentes que presentes, porque hay tantas fechas rojas en el calendario y ninguna verde, porque se pierde la esperanza entre tanta mala suerte.

Porque hay días que andar es más complicado que otros, y hay noches que la cama parece más grande, porque no siempre los parches tapan los huecos, porque hay veces que el vino no acompaña a las rosas.

Porque la primavera a veces parece otoño y el sol no calienta lo suficiente, porque las luces no alumbran las calles ni el camino a un destino decente, porque los dioses parecen reírse y este viento no cambia, no trae un buen presagio, una sonrisa, un corazón latiente.

Por todo esto hoy brindo, con lágrimas dulces, recuerdo de otros amaneceres. Brindo con la ausencia de las sombras. Ahora que todo está perdido, no hay por qué temer a la esperanza.



Besos y sed felices

martes, mayo 06, 2008

Yo bajaba a la arena

Yo bajaba a la arena, los pies descalzos, la melena suelta.
bajaba a la arena y la luna redonda, de argenta pintaba mis huellas.
Mis pies el agua rozaban, la espuma blanca, la noche clara
la arena de seda, mis pies abrazaba y el mar me llamaba.
Yo bajaba a la arena, buscando tus besos, soñando tu vuelta
bajaba a la arena y mis lágrimas hacían charquitos de estrellas.

Las olas hilaban vestidos de sal para mi piel desolada
inventando caricias, suscitando el recuerdo de tus manos complacientes
tus besos candentes, tus dulces palabras, tu mirada templada
entre las olas envuelta, limpiando los restos de tus mentiras displicentes

Yo bajaba a la arena, la brisa en mi falda, la triste mirada
bajaba a la arena y el mirar de tus ojos en mi alma dejaba mella
mis manos tu piel descifraban, el silencio, la mar templada
la luna a sabiendas callaba, y tú me abrazabas, en silencio lloraba.
Yo bajaba a la arena, creyendo tu amor, que absurda charada
Bajaba a la arena y entre conchas perdía la luz de tu estrella.




Besos y sed felices