viernes, mayo 29, 2009

Déjame esta noche soñar contigo



Déjame esta noche soñar contigo, déjame enredarme entre tus labios y tus brazos.... Déjame que yo sea quien te quite la ropa y te cubra con los pliegues de mi piel. Que bonito sería arrojar al suelo la copa vacía para llenarla de nuevo de tus besos.

Déjame esta noche soñar contigo, mientras me arrullan tus brazos y me acunan tus labios, recorrer de tu mano la vía láctea de tu mirada azulada. Déjame presumir de ti un poquito, que mi piel sea el forro de tu camisa, que tus caricias sean mi único vestido, que bonito sería jugarse la vida, andando de puntillas por el borde de tu sonrisa.

Déjame imaginarme en tus labios los míos hasta cuando no dejas de besarme, que me ahogue en el agua de tus besos para que me rescates con tus cariños.

Ahora que no estás entre mis brazos, déjame que te sueñe, que imagine la caricia próxima, la sonrisa dulce que sostiene mis besos en equilibrio, entre risas y quebrantos, buscando el mejor rincón para colarse y atrapar mi sonrisa.

Déjame esta noche soñar contigo, déjame pintar la noche con tus caprichos, que las estrellas nos tengan celos y nos persigan por todo el firmamento, déjame cubrirme con tus mimos, y esconderme bajo el cielo de tus afectos, llenar mi regazo de tu dulzura.

Déjame esta noche soñar contigo, envolverme en tu querencia, llenar tu cuerpo con mi vehemencia, déjame que te coma sólo con los ojos, morir en tu aliento y resucitar en tus manos, déjame que mis manos rocen las tuyas, dejando huellas de sueños y sueños de ternura.

Besos y sed felices

lunes, mayo 18, 2009

De mis silencios a tus palabras

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Nota: La reproducción de los cortes sonoros puede tardar un poco. Tened paciencia.

Érase una vez un grupo de teatro y un director sensible e inquieto. Érase una vez una actriz aficionada que adoraba recitar. Érase una vez Mario, Mario Benedetti. Éranse mil veces sus poemas, mil palabras, puentes y osadías contra el silencio no admitido, por el amor y la vida. Érase la dulzura en verso, la verdad no reprimida, la protesta y hasta la tristeza más deprimida. Érase una vez el cinismo, la alegría, la muerte, la vejez y la hermosura, éranse mil veces sus infinitos versos, sus cuentos, y esas frases picantes, que escribieron en tinta la historia de su vida.

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Mi querido Mario, Defenderé la alegría como algo inevitable, la defenderé del mar y las lágrimas tibias. No instruí a mi reloj para decirte hasta la vista. A pesar de la distancia, hagamos un trato, nada definitivo yo quisiera contar con usted es tan lindo, saber que usted existe, aunque esté en el limbo. Dejaré esta rosa en el abandono, el abandono está lleno de rosas. No olvida el que finge olvido sino el que puede olvidar y yo no podré olvidarte así que no fingiré olvido. Importante el catorce, disfrutar mientras se pueda. Mientras devano la memoria (recordando tus palabras) forma el ovillo la nostalgia (de saber que ya no estás) si la nostalgia desovillo se irá ovillando la esperanza (de tenerte siempre en verso). Mi soledad ha aprendido a ostentarte. Esta noche, otra noche tu estarás y volverá a gemir el tiempo giratorio y los labios dirán esta paz ahora, esta paz ahora. Yo sé que lo que conozco de ti es tan poco y es tanto, que me llena el alma de suspiros y silencios, de palabras y osadías. El jardín botánico es un parque dormido que hoy llorará la ausencia de tu presencia a la izquierda del roble. Aún así sabemos que cuando la lluvia cae sobre el Botánico aquí se quedan los fantasmas. Nosotros podemos irnos pero tú te quedas y eso nos consuela. Tal vez hoy, por fin nos digas si dios es mujer y aguarda en el zaguán del infierno con sus brazos no cerrados su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Tal vez hoy me permita llorar sólo llorar y entonces mi sonrisa si todavía existe se volverá por ti, querido Mario, un arco iris.

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Besos y sed felices

miércoles, mayo 13, 2009

Tantas veces



Tantas veces he esperado el sol, que casi olvido su calor. Tantas veces hubo para aguardar un soplo de aire, que mi piel se volvió arisca al sentirlo. Hubo tantos momentos para saborear el amargo regusto del fracaso que mi lengua no supo reaccionar ante la textura suave de la alegría.

Por cada flor que nace, hay un charco de fango esperando. A cada paso, una piedra, a cada abrazo, un beso frío, y es tanto y tan poco lo que espera la esperanza, que aún siendo el lugar donde quedaron ocultas las sonrisas tan profundo como el más profundo de los océanos, ella siempre encuentra la salida.

Tantas veces estuve pensando en ti que me parece extraño mirarte. Tantas veces dibuje el trazo de mi sonrisa ausente, que no entendí el reflejo en el espejo. Tantas veces tuve para andar sobre minas, que el suave tacto de la hierba fresca me hace ahora cosquillas.

He muerto mil veces y resucitado otras tantas. He perdido lo más preciado, he escalado paredes lisas, nadado océanos insoldables. He recorrido los más inhóspitos desiertos, he aullado a la luna ausente, he dejado gotas de mi sangre en cada palabra. Y todo, absolutamente todo, valió la pena si éste era mi destino, la meta de mi camino.

Tantas veces he soñado con esta playa, que ahora se me antoja casi utopía y sin embargo... Sin embargo es real, tanto como nuestras miradas....

Besos y sed felices