Como una dama misteriosa, de día es una, de noche, otra. Es de día la dama discreta, atareada. En el centro sus siempre presentes carritos de zumos y los encantadores de serpientes. En sus calles la algarabía del zoco más puro, gente que va y viene con sus compras, el sol clavándose en la piel de quien la cruza, y ella serena, tranquila, dejándose querer con la elegante pasividad de una dama de alta sociedad.
De noche deja sus modales para mostrar su verdadero semblante, se engalana de fiesta, su corazón se llena de tambores que resuenan en la distancia, flautas, bailes, gente de un lado a otro. Las mesas llenas de comensales que cenan al aire libre, pura fiesta es su verdadero rostro, el alegre, el nocturno, la que se entrega a quien quiere amarla y es imposible no amar a la más hermosa, La Joya, como su propio nombre dice...
Te echo de menos, Djemaa, deseo pisar tu suelo, acercarme a por un zumo en el 58, reírme con los amigos que allí esperan, pasear de noche por tus calles, mirar las estrellas desde tu cielo y amarte otra vez, una y mil veces de nuevo. Te añoro como si siempre hubiera estado en ti, como si parte de mi alma te perteneciera, y es difícil saber que no puedo dejarme embaucarme por ti esta vez. Te anhelo como quien extraña a un amante y a un amigo, sueño noche tras noche con tu voz, la voz de mil voces revueltas y entreveradas en mil cantos, mil tambores, mil melodías intrincadas en tus venas, convirtiéndose en tu propia sangre, en tu propio latido. Me parece percibir tu aroma, el olor a caballos esperando con sus carruajes, al humo de los mil fuegos, a platos recién cocinados, a especias y a noches de desierto.
Quien te ama una vez, no puede dejar de quererte nunca. Quien una vez te pisa y te siente, se queda ligada a ti. Tú te esparces en mil corazones, te ciñes con fuerza al alma de quien osa besarte. Y es imposible, Djemaa, olvidarte, por más que me halle en la otra parte del mundo, aunque mi cuerpo esté a miles de kilómetros de ti, siempre hay un pedazo de mi corazón amarradito a tu esencia. No puedo y no quiero dejar de sentirme parte de ti y, aún cuando no pueda pisarte, ten por seguro que mis pies estarán extrañándote y a cada paso, nombrándote, como una letanía: Djemaa El fna, Djemaa El fna, Djemaa El fna...
De noche deja sus modales para mostrar su verdadero semblante, se engalana de fiesta, su corazón se llena de tambores que resuenan en la distancia, flautas, bailes, gente de un lado a otro. Las mesas llenas de comensales que cenan al aire libre, pura fiesta es su verdadero rostro, el alegre, el nocturno, la que se entrega a quien quiere amarla y es imposible no amar a la más hermosa, La Joya, como su propio nombre dice...
Te echo de menos, Djemaa, deseo pisar tu suelo, acercarme a por un zumo en el 58, reírme con los amigos que allí esperan, pasear de noche por tus calles, mirar las estrellas desde tu cielo y amarte otra vez, una y mil veces de nuevo. Te añoro como si siempre hubiera estado en ti, como si parte de mi alma te perteneciera, y es difícil saber que no puedo dejarme embaucarme por ti esta vez. Te anhelo como quien extraña a un amante y a un amigo, sueño noche tras noche con tu voz, la voz de mil voces revueltas y entreveradas en mil cantos, mil tambores, mil melodías intrincadas en tus venas, convirtiéndose en tu propia sangre, en tu propio latido. Me parece percibir tu aroma, el olor a caballos esperando con sus carruajes, al humo de los mil fuegos, a platos recién cocinados, a especias y a noches de desierto.
Quien te ama una vez, no puede dejar de quererte nunca. Quien una vez te pisa y te siente, se queda ligada a ti. Tú te esparces en mil corazones, te ciñes con fuerza al alma de quien osa besarte. Y es imposible, Djemaa, olvidarte, por más que me halle en la otra parte del mundo, aunque mi cuerpo esté a miles de kilómetros de ti, siempre hay un pedazo de mi corazón amarradito a tu esencia. No puedo y no quiero dejar de sentirme parte de ti y, aún cuando no pueda pisarte, ten por seguro que mis pies estarán extrañándote y a cada paso, nombrándote, como una letanía: Djemaa El fna, Djemaa El fna, Djemaa El fna...
Besos y sed felices