Te vas, y sin embargo, me pides que siga escribiendo. Y cómo quieres que escriba, si ya no tengo palabras ni silencios, si no me dejas besos que me inspiren ni sueños que alimenten mis cuentos.
Me cuesta encontrar frases hasta para argumentar mi apatía, no puedo seguir escribiendo sin más, total, tampoco sé si vas a seguir leyendo.
Te vas y le pides a mi tristeza que me inspire y así poder seguir dejando huellas de letras y lágrimas de tinta recorriendo el documento. Prefiero que te quedes, francamente, escribir no me llena, no calma la soledad de este momento ni tapa los agujeros que al final dejaron los besos desechados, las caricias huérfanas de tu tacto.
Podría escribir cien versos y mil cuentos, podría llenar las paredes de tu alma de relatos y hacer una alfombra de palabras revestidas de silencios desde el zaguán de mi querencia hasta el cerrojo de tu amor y aún así no habría llave ni clave que hiciera saltar en mil pedazos el candado que cierra las puertas de tu corazón.
Te vas, y sin embargo, me pides que siga escribiendo. Y yo quisiera poder hacerlo, pero ya no tengo ni la melancolía, ni el sueño que antes me dieron argumentos.
Te vas, y contigo, mis silencios.
Besos y sed felices
Me cuesta encontrar frases hasta para argumentar mi apatía, no puedo seguir escribiendo sin más, total, tampoco sé si vas a seguir leyendo.
Te vas y le pides a mi tristeza que me inspire y así poder seguir dejando huellas de letras y lágrimas de tinta recorriendo el documento. Prefiero que te quedes, francamente, escribir no me llena, no calma la soledad de este momento ni tapa los agujeros que al final dejaron los besos desechados, las caricias huérfanas de tu tacto.
Podría escribir cien versos y mil cuentos, podría llenar las paredes de tu alma de relatos y hacer una alfombra de palabras revestidas de silencios desde el zaguán de mi querencia hasta el cerrojo de tu amor y aún así no habría llave ni clave que hiciera saltar en mil pedazos el candado que cierra las puertas de tu corazón.
Te vas, y sin embargo, me pides que siga escribiendo. Y yo quisiera poder hacerlo, pero ya no tengo ni la melancolía, ni el sueño que antes me dieron argumentos.
Te vas, y contigo, mis silencios.
Besos y sed felices