Quizá, después de todo, el error fui yo. O quizá simplemente el tiempo juega a su manera, y esa vez jugó en nuestra contra.
Yo sé que he sido dura contigo y también sé que tú no quisiste hacerme daño. Ahora lo sé. Sé que a fin de cuentas no fue en balde y tal vez después de todo no deba arrepentirme de cometer el error, si es que acaso lo cometí.
Ahora que estoy aquí abajo, donde las llamas del infierno parecen cubitos de hielo, donde el sol parece haber desaparecido. Aquí donde el dolor amenaza con devorarme. Ahora sé quien eres de verdad.
Por eso no voy a decirte que he olvidado los malos momentos, pero sabes que tampoco he olvidado los buenos. No voy a decirte que he dejado de lado todo, porque sería mentirte y yo sé que tú sabes leer mis mentiras.
Pero sí puedo decirte que relegues las palabras que duelen y te quedes con los silencios, los que a tientas han ido manteniendo el hilo, los que no han permitido dejarte en el olvido del destierro, porque no he podido o porque no he querido, lo mismo da.
Más vale tarde que nunca, y aunque hayas tardado, has cruzado el puente y como ves, a pesar de mis zarpazos, sigo siendo la misma que ronroneaba en otros momentos...
El tiempo no ha pasado en balde, ni para ti ni para mí, pero ahora que no tengo nada y que puedo ver las cosas quizá con más claridad, puedo decirte que sé que estás ahí. Y tú no olvides que yo nunca he dejado de estar.
Ahora tenemos en nuestras manos el poder de no romper este vínculo que es incluso más cabezota que tu y yo juntos, y no permitir más errores.
Sabes que he empezado a perdonarte, y sé que tú has perdonado mis dentelladas. Hay cosas que no se pueden deshacer tan fácilmente. Aquí estaré. Sé que tú no desaparecerás más.
Desde la oscuridad hoy me diste un poco de tu luz, algún día yo podré volver a brillar como siempre. Pero pase lo que pase, Amigo, no olvides que siempre estaré aquí. Hoy vuelvo a dejarte un beso desde mi Silencio, para que llegue a tu Universo. Gracias...
Besos y sed felices