Desafiando mi propio destino, una vez más, me enfrenté al miedo y a la prudencia. He vuelto a alzar mi espada, a calzarme el escudo en mi brazo, a mirar desafiante a mi propio destino.
Y una vez más mi destino ha vuelto a recordarme quien tiene las de ganar en esta batalla sin sentido.
Volví a cerrar los ojos al pasado, a mirar hacia delante a pensar que tal vez no erraría de nuevo mis pasos. Y una vez más estoy aquí, herida, y esta vez de muerte. Sin más fuerzas para más cruzadas.
He alzado mi espada, cargado mi escudo, llevado esta pesada armadura, hecha del dolor de cada derrota. He tensado nuevamente mi arco, he afilado mi daga y ensillado mi caballo tantas veces que ya he perdido la cuenta. Y una vez más he caído a los pies de mi mala suerte, de mis pasos desacertados, de mis errores constantes, de mí misma a fin de cuentas.
He aporreado mi muro tantas veces como veces he caído. Me he revelado contra mi suerte y mi designio. He bebido la sangre de mis heridas, me he comido mi propio corazón descuartizado, he limpiado mis llagas con mis lágrimas, me he reído de mi suerte, he ardido y resurgido de mis propios fracasos. Y otra vez estoy aquí, el alma hecha añicos, sin corazón ni hueco, desangrándome por mil heridas engangrenadas y llenas de gusanos que claman por mi aniquilación.
He luchado. Le he dado la espalda a mis errores y mis fracasos. Me he levantado tantas veces como he caído. Menos una. Menos esta última. Ha llegado el descanso de esta guerrera. Ha llegado el momento de no luchar más, de entregar las armas.
He lidiado todas mis batallas y todas las he perdido. Sé que hay ahí fuera quien me dirá que la próxima será distinta. Sé que hay quien confía en mi victoria arguyendo que lo merezco. Pero es mentira. No merezco nada. Sólo este desasosiego, este vacío, este crepitar de llamas que empiezan a convertirme en cenizas. Pero yo no soy el ave fénix y esta vez voy a dejarme consumir en este fuego. Ha llegado el fin, el momento de marcharse. Se acabó mi tiempo.
Besos y sed felices
Porque hay momentos en que lo mejor tal vez sea rendirse. O morir con las botas puestas.
Y una vez más mi destino ha vuelto a recordarme quien tiene las de ganar en esta batalla sin sentido.
Volví a cerrar los ojos al pasado, a mirar hacia delante a pensar que tal vez no erraría de nuevo mis pasos. Y una vez más estoy aquí, herida, y esta vez de muerte. Sin más fuerzas para más cruzadas.
He alzado mi espada, cargado mi escudo, llevado esta pesada armadura, hecha del dolor de cada derrota. He tensado nuevamente mi arco, he afilado mi daga y ensillado mi caballo tantas veces que ya he perdido la cuenta. Y una vez más he caído a los pies de mi mala suerte, de mis pasos desacertados, de mis errores constantes, de mí misma a fin de cuentas.
He aporreado mi muro tantas veces como veces he caído. Me he revelado contra mi suerte y mi designio. He bebido la sangre de mis heridas, me he comido mi propio corazón descuartizado, he limpiado mis llagas con mis lágrimas, me he reído de mi suerte, he ardido y resurgido de mis propios fracasos. Y otra vez estoy aquí, el alma hecha añicos, sin corazón ni hueco, desangrándome por mil heridas engangrenadas y llenas de gusanos que claman por mi aniquilación.
He luchado. Le he dado la espalda a mis errores y mis fracasos. Me he levantado tantas veces como he caído. Menos una. Menos esta última. Ha llegado el descanso de esta guerrera. Ha llegado el momento de no luchar más, de entregar las armas.
He lidiado todas mis batallas y todas las he perdido. Sé que hay ahí fuera quien me dirá que la próxima será distinta. Sé que hay quien confía en mi victoria arguyendo que lo merezco. Pero es mentira. No merezco nada. Sólo este desasosiego, este vacío, este crepitar de llamas que empiezan a convertirme en cenizas. Pero yo no soy el ave fénix y esta vez voy a dejarme consumir en este fuego. Ha llegado el fin, el momento de marcharse. Se acabó mi tiempo.
Besos y sed felices
Porque hay momentos en que lo mejor tal vez sea rendirse. O morir con las botas puestas.
11 comentarios:
Soy de las que, hasta ahora, porque no sé nunca del mañana, prefiero morir con las botas puestas.
No voy a dar consejos, pues nunca doy a otros lo que no quiero para mí, además, hay batallas donde sólo cabe un guerrero, o sea, uno mismo contra sí mismo.
Pero sí puedo darte mi mano y, cuando quieras, cuando te de la real gana de levantarte, acompañarte a caminar...
Besos muchos
¿Sabes qué Trini? Yo puede que decida no seguir luchando, pero a mi querido Instinto de Supervivencia no hay dios que lo tumbe y desdeluego es de los de morir con las botas puestas.
Así que muy a mi pesar, ya me he lamido las heridas y ando cargando la armadura otra vez y con el carcaj lleno de flechas y la espada bien afilada. Creo que a pesar de lo que yo en el fondo desee, nunca voy a poder dejar de luchar.
Ya estoy en pie, gracias por tu mano, es un placer que una luchadora nata como tú me acompañe. A ver si ahora mato unos cuantos monstruos y salgo de este inframundo (iba a decir infierno, pero tampoco hay que exagerar, joe, que parezco andaluza, Triniá, jejeje)
Besitos.. Ya estoy mejor.
Tus fracasos? Tus errores? Es que no hay nadie mas que haya tenido la culpa de nada? Puede que haya muchos mas, y mas culpables que tu. Prueba a pensarlo asi.
Me alegra leer que ya estas mejor. Besitos.
Esther: amiga mía, me preocupa tanto este escrito tuyo!!!!
Si bien esta vez he leído los comentarios antes de escribir, y leo que estás un poco mas reestablecida, te entendí a la perfección el sentimiento de andar con el corazón así de desgarrado "Y SIN UN HUECO...".
Precisamente porque conozco ese sentimiento, y sé que sos una mujer con todas las letras en su lugar, te digo, humildemente, que nada de andar muriendo, ni con botas, ni naaaaaa!!!
Hay una canción que se llama algo así como la cigarra, y dice:"Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando...Gracias doy a la desgracia...."
Y recuerdo y quiero regalarte esa canción y todos mis abrazos de todas las maneras posibles...
no sé exactamente la razón, y me llama la atención que coincida con una restricción en el acceso...
Bueno, cosas mías!
Tenés mi mail, y por favor, tenélo en cuenta.
Y tenés este lugar,
Y te tenés a vos!!! Que sos una mujer de aquellas!
Vuelvo luego a leer sobre Priscila, con más tiempo.
Hola Rubén:
¿qué tal todo? Hace tiempo que no hablamos...
Supongo que tienes razón y no toda la culpa es mía, pero cuando se falla tantas veces, una empieza a sospechar que algo hace mal, o tal vez sea todo muy mala suerte, no lo sé.
Si estoy mejor. Sólo ha sido otra de mis caídas. Quizá, después de todo si soy como el ave fénix.
Ains El Nombre Te echaba de menos, guapa. Gracias por tu apoyo, es curioso lo pequeñito que se vuelve "el charco" que nos separa, cuando te leo.
No te preocupes demasiado. Ahora mismo lo cierto es que hay demasiadas cosas al revés en mi vida, pero afortunadamente tengo demasiado cariño a mi alrededor como para perderme entre tanto bache. Y aunque no me guste a ratos, soy una guerrera y acabo siempre levantándome.
Gracias por tu canción y también por todos tus abrazos. La verdad es que mucho tiene que ver conmigo esa letra.
¿A qué restricción en el acceso te refieres? Ya me dirás.
Te espero en Pris, seguro que ella estará encantada con tu visita, ya la conoces. Pero ven con calma, que nunca le han gustado a Priscila las prisas.
Un beso grande, guapa y hasta pronto.
Me alegro de que estés mejor Esther.
Ahora me has hecho reflexionar tú. Hoy no tenía ganas de levantarme, me he pasado una hora despierta en la cama, buscando un motivo para hacerlo. Al final no lo he hallado, pero me he levantado. Ahora, al leerte a ti, veo que no he sido yo la que ha echado lo spies fuera de la cama, sino mi instinto de supervivencia...
Besos
Uff Trini estos instintos de supervivencia independientes de nosotras son muy peligrosos, jeje... Aunque me alegro que te haya arrastrado fuera de la cama.
Muchos besitos guapa y feliz lunes
Hola xicoteta pues ya ves al final me hiciste leer este blog...i si ese instinto al final se despierta .. pero vaya cabron lo que tarda en despertarse y lo que me hace sufrir mientras... aunque todo ese sufrimiento se olvida ... y con una cosa tan sencilla como disfrutar de un domingo de otoño, en una terracita compartir ; el sol calentando nuestra piel, la cervecita resfrescando nuestro interior, los chocolates blanco y negro deleitando nuestros sentidos,... sublime.....
Besos xicoteta y ya sabes soy TAURO
Bueno Xicotet, es que mi instinto primero me deja un poquito a mi bola, se hace el despistado para que yo no le vea y luego ¡zas! ataca.
Que bonito domingo, mmmm... Y uff, no me recuerdes ese postre que me saltan las lágrimas de emoción. NO sabía que la perfección existía. Ahora si lo sé, mmmmmm que cosita tan ricaaa ainsssss
¿lo de TAURO lo dices por cierta "cómplice" tuya, o por lo cabezota que eres? jejejeje
Besitosssssss
jeje por lo cabezota... la complice va a parte.. jeje
besitos
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