Mi vida me recuerda seria los momentos más duros, los retos, como volver a estudiar y salir airosa en la batalla, superar miedos y fracasos y volver, una vez tras otra, a levantar el vuelo como un buen Ave Fénix.
Es en este momento exacto, cuando volvemos a mirar diciembre, el mes en el que nacimos, mes que es principio y fin a un tiempo, en que, frente a la chimenea, el frío rodeando las paredes de nuestro refugio, ambas nos batimos, como dos guerreras irreductibles, contra el tiempo, enemigo común, y nos retamos, como las más nobles de las rivales, para que el año venidero nos maraville a ambas, de nuevo, con una lluvia de sorpresas y acontecimientos que nos recuerden que no podemos vivir la una sin la otra, que yo soy ella y ella es mi vida, y por más que a veces estemos reñidas y no nos entendamos, en el fondo nos amamos. Es en ese instante cuando nos abrazamos y ella renace como un ave sublime, para retomar el vuelo y así indicarme un nuevo rumbo a seguir.
Besos y sed felices