sábado, marzo 28, 2009
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martes, marzo 03, 2009
Se acabó
Se acabó. Cerraron cancelas, pesadas como lustros, las puertas de mi alma. Cayó el telón de esta historia mal narrada y desafinada. Se fueron mis pies por el mismo camino que alguna vez emprendieron.
Barre el barrendero los restos de esta fiesta triste de la desolación. Nada queda ya en esta plaza de aquellos días de sol, de aquellas risas. Un viento frío e inhóspito ha acabado por arrastrar hasta mis lágrimas a otros paisajes menos desérticos.
Se acabó. La tristeza se va con su triste máscara, dejando este espacio a la soledad que cubre poco a poco, como escarcha, cada tejado, cada árbol, cada pedacito de tierra.
Las noches se vuelven largas y silenciosas, ahora que ya no se oyen llantos ni risas. Se fueron las punzadas de dolor, ahora sólo escuece esta piel ávida de tus caricias.
Se acabó. He cerrado los ojos, y con ellos, las ventanas. He guardado los abrazos, los besos y las caricias donde nadie pueda encontrarlos. Poco a poco he cubierto con lienzos blancos cada rincón de mi corazón difunto, a la espera de un lugar para enterrarlo por siempre.
Se acabó, cariño, me cansé de tu tristeza. Ahora sólo tengo tiempo para mi soledad.
Besos y sed felices
Tu ausencia
Te escribo desde la ausencia y se me hace un nudo en la garganta cada vez que descubro que sin ti ya no hay nada.
Abarcan mis brazos todo el universo de tu espacio, como un agujero negro que se traga cada caricia que mis dedos dibujan en el aire, imaginando tu tacto, recordando la suave textura de tus cariños.
Dejan mis labios rastros de besos con la esperanza absurda de que tal vez vuelvas sobre tus huellas.
Te escribo desde esta cárcel de abandono, con cadenas de soledad que convierten mi alma en un fantasmita ausente de todo, hasta de sí misma.
Espero en vano tu respuesta, una señal, tus ojos mirando a través de las rejas y ante la presencia de tu ausencia, lentamente me disuelvo, convirtiéndome en nada.
Te abro caminos que sé que no andarás, te hablo aunque sé que ya no me escuchas, aliento la desesperanza de esta esperanza ingenua que espera, a pesar de todo, tu regreso, aunque sea como otro fantasma...
Ya ni los fantasmas vienen a verme...
Besos y sed felices
Texto escrito el 20-02-09
Eran otros soles
Eran otros soles, eran otras lunas. Reíamos sin importarnos nada, regalando caricias y besos al aire, bañándonos en besos. Dejando al sol jugar con nuestra piel, mientras la hierba nos hacía cosquillas en la planta de los pies.
No faltaba nada, si acaso una promesa de amor eterno, tal vez elevar un nivel el sentimiento. No nos faltaba nada y sin embargo faltaba todo.
Eran otras lunas, eran otros soles, cuando mirábamos a la luna y sus rojas mejillas ruborizadas nos hacían reír al tiempo que el mar nos arrullaba entre silencios y palabras entrecortadas, con las manos llenas de caricias y los labios repletos de besos, con esa felicidad no pronunciada que da la esperanza de una promesa enamorada.
Nos divertíamos con sólo mirarnos y era tan fácil, amor, tan fácil lograrlo que se nos volvió costumbre y no supimos saborearlo. Nos divertíamos con sólo besarnos, que lástima que los besos no nos abrieran los ojos ante un camino que ya no será andado.
Eran otros soles, eran otras lunas, tan poco duró el verano como la historia que nunca nos contamos.
Besos y sed felices
Escrito el 17-02-09