sábado, octubre 24, 2009

Londres sin ti



Calle de transeúntes, olores que emanan, nuevos y viejos olores. Bullicio de mercado, frutas, ropa, música y colores invadiendo mis ojos, llenando mi alma.

Te anhelo. Paseo por estas calles llenas de retratos, de colores hermosos, de enfoques perfectos, y no hago otra cosa que añorarte. Paso a paso, mirada a mirada, allá por donde mis ojos descansan encuentro una razón para querer tenerte entre mis manos.

Maldicen mis dedos la decisión de dejarte. Aúllan mis pupilas a cada intento de besarte. Siento la mano hueca en el espacio que tú ocupas, ligera sin el peso que tu cuerpo me regala. Lloran mis oídos al no escucharte chasquear y andar, renqueante, entre un instante y otro.

Se hace largo el día sin contar segundos. Se hace eterno este sol sin tu pupila rápida y decisiva.

Calle de transeúntes, paisajes nuevos, nuevas sonrisas y miradas expectantes, ávidas de quedar por siempre captadas en tu alma. Tantas veces te he dejado dormir sin mirarte y ahora que no te tengo presente, que estás tan lejos de mis ojos, me siento perdida sin tu presencia.

A cada paso en esta ciudad llena de imágenes y encuadres descubro que te amo, que tú y yo estamos enlazados, y entiendo por qué un día quise que fueras la pasión de mi vida. Por qué tu nombre es Eros…

Ahora que te dejé sin querer hacerlo, que quisiera poder acariciarte y mirar el mundo a través de tus cristales, estoy sin embargo volviendo lentamente a ti.

Calle llena de transeúntes, colores, retratos y encuadres, paisajes imágenes, mi mano llena de tu ausencia mueve tus anillos, mi dedo acaricia tu cuerpo no presente y presiona suavemente. Mis oídos imaginan el rechinar de tu engranaje y mis ojos se entornan para ver la vida a través de ti, aunque tú no estés.

Calle llena de transeúntes, ausente de ti… Esta lejanía nos ha vuelto a unir…


Besos y sed felices