martes, noviembre 17, 2009

Noviembre dulce



Caen las hojas lentamente en este otoño perfecto. Cubren de amarillo y ocre el asfalto, dejan un rastro que huele a invierno. Nacen silencios y sueños en caminos cubiertos de oro, en noches estrelladas, anhelantes de versos bisoños.

Noviembre dulce, de sabor a castañas y chocolate, de lluvia eterna y lenta, que limpia de malos recuerdos, pariendo otros nuevos.

Calles de paraguas que cubren anónimos amantes, dando pie a sonrisas y susurros. Amor emergente en este año que va muriendo, mientras nuevas vidas despuntan.

Noviembre de miradas convergentes, reavivando fuegos que caldean noches heladas. Llueve de nuevo, el viento arrecia en este otoño perfecto, en esta ciudad cálida, que se estremece ante el invierno entrante.

Paseo entre hojas caídas, de colores otoñales que la lluvia intensifica. Nada es tan perfecto como sentir el otoño bajo mis pasos.

Discurro bajo el paraguas, dejándome calar por esta lluvia de promesas, hechizada por las luces de neón, completamente rendida al encanto de esta urbe. Perdida y feliz de encontrar, poco a poco, el camino hacia el que me dirijo. Tan lejos de todo, tan cerca de mí, tan sola y sin embargo lejos de la hiriente soledad.

Noviembre dulce, de nuevos amigos, de otoño profundo, de noches largas, llenas de vida. Otoño de cerveza y té a partes iguales. De sidra y buena compañía, Noviembre de notas de jazz entonadas por una voz cálida en noches al calor del fuego.

Miradas de intenso azul, perforando mis sentidos, momentos mágicos de un mágico otoño que no quisiera perderme. Pinceladas de seducción, risas y buenos momentos. Ciudad encantada, si ahora es tu peor momento, ¿Cómo serás en otros tiempos más halagüeños?.

Ciudad que se rinde a mis pies cuando la miro desde la atalaya de un autobús rojo pasión. Gentes que pasan, otras se quedan y siempre nuevas miradas, paisajes nuevos que ofrecen un arco iris de esperanzas y buenos augurios.

Otoño perfecto, hojas que caen lentamente mientras me adentro nuevamente en el corazón de esta metrópoli… No vengas a buscarme, voy a seguir perdiéndome un ratito más, para seguir encontrando respuestas…

Besos y sed felices