Mi cabeza anda preguntándose que es amar.. Y por más que intento darle explicaciones, ella, tozuda, insiste. Y yo merodeo la pregunta, la revuelvo y acabo encontrándome ante un muro hecho de interrogantes sin respuesta y queriendo saber si acaso pude perder la capacidad para amar en el camino. O si alguna vez he amado, lo que se dice amar, amar con el alma, o con el corazón.
Como se puede saber si todavía existe la posibilidad, si a pesar de tantos errores o caminos equivocados, aún hay algo dentro capaz de sentir mariposas revoloteando en mi interior. Tal vez la equivocación no fue amar o entregarse, tal vez nunca he amado realmente. Y cómo se puede saber que una sabe lo que es amar si ni tan siquiera puedo saber si alguna vez he amado.
A fuerza de caerme una vez tras otra, ahora siento miedo, tanto tanto miedo que ni siquiera sé si puedo amar. Y aquí ando, lágrima en mano, el corazón perdido en las batallas, la lluvia cayendo y yo buscando respuestas donde no las hay.
Se me remueve algo dentro cuando me besa, sus abrazos son el refugio donde quisiera vivir mi vida, pero no sé que siento, ni tampoco que voy a sentir o si al sentir lo que siento a la larga acabaré amándole.
Más que nunca camino a ciegas, tropezando en el camino con mis propias torpezas y la duda en el alma, y mi huequito de corazón palpitando, a veces ensanchándose, otras, en cambio, achicando, doliendo como la muela del juicio ¿será que está naciendo un corazón nuevo?.
Ahora que parece que él camina hacia delante, dejándose llevar, aunque con reservas, soy yo la que se queda paralizada en esta oscuridad, rodeada de mil dudas, de mil miedos, hasta de los celos que nunca concebí, y en este entreacto dudo de mi capacidad para sentir y vuelvo a tropezar con mi confusión, el frío se apodera de mi y pienso que tal vez no sea capaz de librar esta batalla...
La batalla del amor, del sentimiento a puro fuego, dejando a un lado la razón, entregarse a una caricia y dormirse en el cálido lecho de un beso dulce. Sentir que el sueño de él llega con mi abrazo, que podría quedarme eternamente en su mirada, sin palabras, y pensar que podría ser éste el camino que he estado buscando toda mi vida... Y tengo miedo, mucho miedo, tanto que me encoge el alma y llena todos los espacios vacíos de mil preguntas sin respuesta, quiero saber lo que nadie puede decirme, andar diez pasos por delante de mis pasos, y en el empeño caigo al suelo, aunque en esta oscura sala noto que no estoy sola, que es su mano la que para mi caída. A pesar de sus miedos, él no se ha ido, sigue a tientas buscando sus propias respuestas, pero no puedo evitar estar a la espera de su partida y ese es sin duda mi mayor miedo...
¿Y si no sé amarle, después de todo?¿y sí acabo haciéndole el daño que prometí no hacerle? Mis manos acarician su piel como si fuera el más delicado lienzo, mis besos se posan en sus labios como mariposas, apenas rozando por no despertar sus miedos. Y mientras duerme, y le oigo respirar, lentamente mi alma evoca dos palabras y cinco letras que mi boca no osa pronunciar, en cambio mi mente vuelve a preguntar por enésima vez, qué es amar...
Besos y sed felices