miércoles, julio 26, 2006
viernes, julio 21, 2006
Informe sobre caricias
1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
Mientras callas, y me miras, me dejas regodearme en tu cuerpo dulce y suave, pasearme despacio por él, hasta llegar a tus labios y depositar un beso en forma de caricia... Tu piel me habla y yo la escucho, dejo que se exprese y en silencio te dejo mi mensaje codificado en cada dedo de mi mano, que escribe caricias lentas en tu piel... Y tu mano se distrae en mi espalda, bajando despacio y perdiéndose en la curva de mis nalgas... Que no callen tus caricias, que me dicen cuanto deseas que siga hablándote sin palabras.
2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada
Debe ser por eso que cada vez que tus manos se distraen en mi pecho me excita de formas diferentes... Debe ser que nunca repites, más bien improvisas, como un músico de jazz sobre el contrabajo de mi cuerpo.. Puntea un poco más, practica el pizzicato y no pierdas el ritmo que me gusta esta nueva melodía...
3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo la lujuria
Necesito celebrar una vez más la lujuria de tu piel en mis labios, de tu cuerpo entre mis brazos, de tu abrazo entre mi piel, y dejar que la pasión nos emborrache una vez más...
4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto
Esta noche volví a soñar contigo, sentí tu cuerpo aferrándose al mío, tus labios acariciando mi nuca, tus manos perdiéndose en cada rincón, en cada pliegue, haciendome volar al octavo cielo, pues el séptimo ya hace tiempo que se quedó bajo. El sol entró sin permiso por la ventana y se metió en mi cama y me hizo cosquillas en los ojos hasta que los abrí para descubrir que estaba abrazada al vacío que tu cuerpo dejó al marcharte...
5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
El hombre de negocios habla con exagerada verborrea de cifras y números... Hace rato que me he perdido en sus palabras para encontrarme en tu mirada. Intensa. Penetrante. Siento como despacio me desnudas, despojándome de todo aburrimiento con la ropa que lentamente cae en el suelo, tu pelo me hace cosquillas en el pecho mientras tus labios besan mi ombligo, tus manos se pierden en cada curva, en cada redondez, en cada planicie que mi cuerpo le ofrece, y yo me dejo llevar por mis labios en un viaje improvisado al centro de tu piel....
Los aplausos irrumpen, parpadeo, me escapo de tu mirada para volver por un momento a la cena... Tu ya estás levantandote y disculpándote, mientras me miras cómplice y te vas hacia el salón contiguo... Te sigo, primero con la mirada, y luego con los pies. Siento como despacio me desnudas, despojándome de todo aburrimiento....
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
si no su continuación
Me miras desde unos ojos extremadamente brillantes, seductoramente viciosos... La caricia fue sólo el prólogo al deseo que se escribe con letras de pasión sobre nuestros cuerpos sudados, perdidamente enamorados en ese paréntesis que le hemos robado al tiempo para hacerlo nuestro.
Besos y sed felices
(Gracias Benedetti)
Fragilidad
Justo ese es el término que R. gastó para definir mi relación con Fran. Y yo decía Fracaso, uno más. Ese era el término que yo gastaba. Una hora y media después de debatir sobre el fracaso y la fragilidad, nos despedimos, se acabó mi tiempo por ese día...
Quince días han pasado y yo sigo dándole vueltas... Fragilidad. Fragilidad fue también el término que gastó una amiga. Decía que las relaciones son como jarrones de cristal muy delicado, que cuando caen a tierra, estallan en tantos pedazos que es imposible recomponerlos...
Se nos caería de las manos igual y se rompería en mil pedazos. Pues no lo sé, yo sigo creyendo que sólo es un fracaso más. Y que no se me entienda mal, no es que yo me sienta fracasada. No. Creo que hay gente para todo. Que no todo en la vida se nos da bien. A mi no se me da bien el amor. No sé si me error radica en que siempre tropiezo con los hombres menos adecuados, o que quizá soy un completo desastre... O tal vez el problema sea que no creo en el amor. Porque digo yo que eso debiera ser importante.
La cuestión es que R. insiste, FRAGILIDAD. Fracaso, mi querido R., Fracaso. Empiezan igual pero no son lo mismo. Si fuera frágil hubiera podido perdurar con algo de mimo y cuidado. El fracaso se caracteriza porque nada se puede hacer, está predestinado a su fin.
En cualquier caso se rompió, fuera fracaso o fragilidad, la cuestión es que se deshizo como el hielo en el verano. Va a ser que quizá si fuera frágil, como el hielo en el verano... O un fracaso como un iglú bajo un sol de 35 grados.
¿que importa? creo que no voy a darle más vueltas. Ya le he dedicado demasiado tiempo.
Besos y sed felices
Quince días han pasado y yo sigo dándole vueltas... Fragilidad. Fragilidad fue también el término que gastó una amiga. Decía que las relaciones son como jarrones de cristal muy delicado, que cuando caen a tierra, estallan en tantos pedazos que es imposible recomponerlos...
Se nos caería de las manos igual y se rompería en mil pedazos. Pues no lo sé, yo sigo creyendo que sólo es un fracaso más. Y que no se me entienda mal, no es que yo me sienta fracasada. No. Creo que hay gente para todo. Que no todo en la vida se nos da bien. A mi no se me da bien el amor. No sé si me error radica en que siempre tropiezo con los hombres menos adecuados, o que quizá soy un completo desastre... O tal vez el problema sea que no creo en el amor. Porque digo yo que eso debiera ser importante.
La cuestión es que R. insiste, FRAGILIDAD. Fracaso, mi querido R., Fracaso. Empiezan igual pero no son lo mismo. Si fuera frágil hubiera podido perdurar con algo de mimo y cuidado. El fracaso se caracteriza porque nada se puede hacer, está predestinado a su fin.
En cualquier caso se rompió, fuera fracaso o fragilidad, la cuestión es que se deshizo como el hielo en el verano. Va a ser que quizá si fuera frágil, como el hielo en el verano... O un fracaso como un iglú bajo un sol de 35 grados.
¿que importa? creo que no voy a darle más vueltas. Ya le he dedicado demasiado tiempo.
Besos y sed felices
miércoles, julio 19, 2006
Se te va a pasar el arroz
¿xica, encara ets fadrina? ains te se passarà l'arrossssssss....
Si, soy soltera, y no, el arroz sólo se pasa en la cocina.
Una mujer mayor de 30 años y sin hijos, que sea soltera porque nunca se ha casado, en ciertos ambientes es casi el diablo con minifalda... Las mujeres de más de sesenta te miran de reojo, a veces con cara de desprecio, otras con una expresión de compasión. Muy pocas con indiferencia.
Yo supero los 30, no tengo hijos y no estoy casada ni lo he estado nunca. No es una maldición, ni tampoco es que mi caracter aparte a los "pobres" y "sufridos" hombres, o que me guste demasiado la fiesta. Simplemente es mi elección. Simplemente nadie me ha dado suficientes argumentos a favor de cambiar mi estado civil como para hacerlo.
No creo en el matrimonio, ni en las leyes, ya sean del cielo o de la tierra, que obligan a alguien a estar junto a ti para toda la vida. Creo en la complicidad, en la compatibilidad y en sentimientos reales. No creo que sean necesarios pactos entre familias, pero si creo necesario el amor. Este mundo está falto de amor.
No es que quiera vivir sola toda mi vida, pero tampoco aspiro a contratos que aten a nadie a cumplir ciertas obligaciones para conmigo. Aspiro a poder conservar mi libertad y compartirla, tener siempre mis pequeños espacios privados y no renunciar a Mi para ser La Mujer De.
A mi no se me pasa el arroz, a menos que le ponga más agua de la cuenta o lo cocine con cebolla. Y mira que me esfuerzo, pero sigo sin comprender que tiene que ver el arroz bien cocinado con mi vida ordenadamente desordenada.
"Si, encara soc fadrina, es que m'agrada l'arross així, molt cuit, a mes es Bomba, i ja sap, n'hi ha que possarli mes aigua"... La señora me mira un poco extrañada, con esa expresión que dice, "esta no sabe de que le hablo o se hace la loca" y yo prudentemente cambio el tema "i a vosté se li passa l'arross o ja se ho a menjat?"
Besos y sed felices
Si, soy soltera, y no, el arroz sólo se pasa en la cocina.
Una mujer mayor de 30 años y sin hijos, que sea soltera porque nunca se ha casado, en ciertos ambientes es casi el diablo con minifalda... Las mujeres de más de sesenta te miran de reojo, a veces con cara de desprecio, otras con una expresión de compasión. Muy pocas con indiferencia.
Yo supero los 30, no tengo hijos y no estoy casada ni lo he estado nunca. No es una maldición, ni tampoco es que mi caracter aparte a los "pobres" y "sufridos" hombres, o que me guste demasiado la fiesta. Simplemente es mi elección. Simplemente nadie me ha dado suficientes argumentos a favor de cambiar mi estado civil como para hacerlo.
No creo en el matrimonio, ni en las leyes, ya sean del cielo o de la tierra, que obligan a alguien a estar junto a ti para toda la vida. Creo en la complicidad, en la compatibilidad y en sentimientos reales. No creo que sean necesarios pactos entre familias, pero si creo necesario el amor. Este mundo está falto de amor.
No es que quiera vivir sola toda mi vida, pero tampoco aspiro a contratos que aten a nadie a cumplir ciertas obligaciones para conmigo. Aspiro a poder conservar mi libertad y compartirla, tener siempre mis pequeños espacios privados y no renunciar a Mi para ser La Mujer De.
A mi no se me pasa el arroz, a menos que le ponga más agua de la cuenta o lo cocine con cebolla. Y mira que me esfuerzo, pero sigo sin comprender que tiene que ver el arroz bien cocinado con mi vida ordenadamente desordenada.
"Si, encara soc fadrina, es que m'agrada l'arross així, molt cuit, a mes es Bomba, i ja sap, n'hi ha que possarli mes aigua"... La señora me mira un poco extrañada, con esa expresión que dice, "esta no sabe de que le hablo o se hace la loca" y yo prudentemente cambio el tema "i a vosté se li passa l'arross o ja se ho a menjat?"
Besos y sed felices
martes, julio 18, 2006
Ecos de guerra
A miles de kilómetros de aquí, en la otra parte del Mediterráneo, hebreos y palestinos siguen enfrentándose en una guerra de siglos.
Cada mañana enciendo la tv a las seis y oigo las mismas noticias: Israel ha bombardeado.... Un suicida se ha inmolado en... no sé cuantos muertos... heridos, niños... Y me quedo fría, impasible eso me asusta más que el sonido de las trazadoras... Al final te acostumbras a todo. También a la muerte. No debería ser así.
En la otra parte del mundo, diametralmente opuesta a Israel, suena un click, alguien ve pasar toda su vida en segundos, quieto, inmovilizado, sabiendo que su próximo paso será el último, y que con suerte sólo verá volar su pierna...
En la cera de enfrente un hombre grita a una mujer que parece encogerse con sus gritos, le alza la mano, aparece la policía, la gente a su alrededor les separa, la policía se lleva al hombre, visiblemente borracho, la gente murmura, y luego otra vez silencio...
Corea prueba sus misiles nucleares, EEUU amenaza con descargar su arsenal, En la selva centroamericana la guerrilla secuestra europeos, Guantánamo nos ofrece sus misierias para quien quiera mirar, niños se hieren a pedradas disparadas con tirachinas, un jefe grita, una puerta se cierra, y en el cine los heroes se enfrentan a los villanos...
Y hay quien tiene el valor de criticar el amor... Y John sigue soñando desde donde quiera que esté, una utopía que parece quedarnos tan lejos.
El noticiero anuncia un nuevo bombardeo y yo me siento un poco más triste...
Besos y sed felices
lunes, julio 17, 2006
Aires de nostalgia desde la otra parte del mundo
La lavadora ha acabado su ciclo. Voy a tender. Salgo al balcón de la cocina y me asomo al patio de luces, un mundo aparte.
Desde una ventana escucho sonar una bachata y una voz que adivino colombiana, cantando a coro con ella...
Dos pisos más abajo, el cadencial sonido del portugues brasileiro me llega a los oídos, suena a bosanova y samba, mientras en mi nariz repica el fuerte olor a especias de cocina africana, dos ventanas más allá, la mujer senegalesa, de pelo trenzado, cocina un plato desconocido para mi, mientras oigo a su bebé llorar y una voz de ébano y timbal decirle algo en un dialecto que no entiendo...
Dos fincas más allá, en la galería de otra cocina, una mujer ecuatoriana canta, mientras habla con alegre tono a una anciana a la que cuida, y que a ratos veo asomarse, dándole indicaciones de como limpiar los cristales...
Atardece, pasa un coche por la calle con reaggeton a toda máquina y en el balcón de enfrente oigo música marroquí mientras veo asomarse una mujer con su burka y siento escalofríos de pensar en represión...
Oigo voces desde la calle, un grupo de rumanos se reune en una esquina, mientras en la de enfrente hacen lo propio un grupo de argelinos...
Anochece y paseo al perro, el bazar chino cierra sus puertas, me llega olor a rollito de primavera desde un restaurante y desde otro, el inconfundible aroma de la carne de cordero adobada del Donner kebab. El hindú del locutorio empieza a hacer caja para cerrar su tienda, que hace las veces de ultramarino y en el bar de peruanos oigo risas y otra vez aromas de platos que no conozco...
Un chico de piel de ébano y peinado indescriptible me clava su mirada profunda, desde el balcón de unos ojos enormemente negros, profundamente expresivos y un niño llora mientras su madre le riñe en búlgaro...
Subo los escalones, hasta mi casa, cumbia en el patio de luces, rusos hablando en la terraza mientras cenan y la luna asoma tímidamente en este cielo multirracial...
Besos y sed felices
Desde una ventana escucho sonar una bachata y una voz que adivino colombiana, cantando a coro con ella...
Dos pisos más abajo, el cadencial sonido del portugues brasileiro me llega a los oídos, suena a bosanova y samba, mientras en mi nariz repica el fuerte olor a especias de cocina africana, dos ventanas más allá, la mujer senegalesa, de pelo trenzado, cocina un plato desconocido para mi, mientras oigo a su bebé llorar y una voz de ébano y timbal decirle algo en un dialecto que no entiendo...
Dos fincas más allá, en la galería de otra cocina, una mujer ecuatoriana canta, mientras habla con alegre tono a una anciana a la que cuida, y que a ratos veo asomarse, dándole indicaciones de como limpiar los cristales...
Atardece, pasa un coche por la calle con reaggeton a toda máquina y en el balcón de enfrente oigo música marroquí mientras veo asomarse una mujer con su burka y siento escalofríos de pensar en represión...
Oigo voces desde la calle, un grupo de rumanos se reune en una esquina, mientras en la de enfrente hacen lo propio un grupo de argelinos...
Anochece y paseo al perro, el bazar chino cierra sus puertas, me llega olor a rollito de primavera desde un restaurante y desde otro, el inconfundible aroma de la carne de cordero adobada del Donner kebab. El hindú del locutorio empieza a hacer caja para cerrar su tienda, que hace las veces de ultramarino y en el bar de peruanos oigo risas y otra vez aromas de platos que no conozco...
Un chico de piel de ébano y peinado indescriptible me clava su mirada profunda, desde el balcón de unos ojos enormemente negros, profundamente expresivos y un niño llora mientras su madre le riñe en búlgaro...
Subo los escalones, hasta mi casa, cumbia en el patio de luces, rusos hablando en la terraza mientras cenan y la luna asoma tímidamente en este cielo multirracial...
Besos y sed felices
miércoles, julio 12, 2006
Ilusiones ópticas
Vivo de ilusiones, o de esperanzas. Creo ver lo que no existe, y hay imágenes que se me repiten en mis sueños y a veces creo que son reales.
Creo que tal vez llame, o tal vez vuelva, o tal vez exista. Pero es sólo ilusión Optica, un engaño, como las imágenes estáticas que parecen moverse.
En el fondo, o en el trasfondo de la vida, todos acabamos por ver lo que no existe, por creernos lo que nos gustaría y en realidad, sólo vemos un rayo fugaz de luz, un caballito de mar en una nube que pasa, o la sombra de quien nos gustaría encontrarnos.
¿Y qué más da? La cuestión es ser felices, aunque sólo aparentemos serlo, la cuestión es sonreír y que parezca que todo va bien, al final acabamos por creérnoslo y todo se pasa, o se pasará cuando menos lo esperemos.
Hay quien genera imágenes virtuales de sí mismo para hacernos creer que es quien realmente no es. ¿Y cómo se distingue una ilusión óptica, un espejismo, de la realidad?¿y realmente queremos ver la imagen real? porque alomejor nos decepciona que todo no sea tan bonito. A veces no vale la pena despertar, Neo, ya viste que la realidad no era tan bonita como tu sueño, y tú creíste que tu sueño era malo...
Ya ves Segismundo que el amor solo es como dijo Bécquer un rayo de luna que se reflejó en el jardín, y aún así no dejas de perseguirlo:
Creo que tal vez llame, o tal vez vuelva, o tal vez exista. Pero es sólo ilusión Optica, un engaño, como las imágenes estáticas que parecen moverse.
En el fondo, o en el trasfondo de la vida, todos acabamos por ver lo que no existe, por creernos lo que nos gustaría y en realidad, sólo vemos un rayo fugaz de luz, un caballito de mar en una nube que pasa, o la sombra de quien nos gustaría encontrarnos.
¿Y qué más da? La cuestión es ser felices, aunque sólo aparentemos serlo, la cuestión es sonreír y que parezca que todo va bien, al final acabamos por creérnoslo y todo se pasa, o se pasará cuando menos lo esperemos.
Hay quien genera imágenes virtuales de sí mismo para hacernos creer que es quien realmente no es. ¿Y cómo se distingue una ilusión óptica, un espejismo, de la realidad?¿y realmente queremos ver la imagen real? porque alomejor nos decepciona que todo no sea tan bonito. A veces no vale la pena despertar, Neo, ya viste que la realidad no era tan bonita como tu sueño, y tú creíste que tu sueño era malo...
Ya ves Segismundo que el amor solo es como dijo Bécquer un rayo de luna que se reflejó en el jardín, y aún así no dejas de perseguirlo:
"y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende".
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende".
Yo soñé contigo, y tal vez tú existite en el frágil espacio de una gota de agua que al caer al suelo estalla en mil gotas...
Tal vez cada gota contenga un estracto real de un sueño irreal que yo creí cierto...
Tal vez vuelva a dejar que otra imagen de caleidoscopio, tan falsa como la última, me haga sonreír. O tal vez ya no soy capaz de ver más allá de lo que realmente existe...
De momento te dejo mi sonrisa, que tal vez sea un engaño más, otra ilusión óptica, o puede que esta vez esté sonriendo de verdad... Quien sabe.
"Manrique, presa su imaginación de un vértigo de poesía, después de atravesar el puente, desde donde contempló un momento la negra silueta de la ciudad, que se destacaba sobre el fondo de algunas nubes blanquecinas y ligeras arrolladas en el horizonte, se internó en las desiertas ruinas de los Templarios.
La media noche tocaba a su punto. La luna, que se había ido remontando lentamente, estaba ya en lo más alto del cielo, cuando al entrar en una oscura alameda que conducía desde el derruido claustro a la margen del Duero, Manrique exhaló un grito leve y ahogado, mezcla extraña de sorpresa, de temor y de júbilo.
En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca, que flotó un momento y desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y se ocultaba entre el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras o imposibles penetraba en los jardines.
-¡Una mujer desconocida!... ¡En este sitio!..., ¡a estas horas! Esa, esa es la mujer que yo busco -exclamó Manrique; y se lanzó en su seguimiento, rápido como una saeta.
Llegó al punto en que había visto perderse entre la espesura de las ramas a la mujer misteriosa. Había desaparecido. ¿Por dónde? Allá lejos, muy lejos, creyó divisar por entre los cruzados troncos de los árboles como una claridad o una forma blanca que se movía.
-¡Es ella, es ella, que lleva alas en los pies y huye como una sombra! -dijo, y se precipitó en su busca, separando con las manos las redes de hiedra que se extendían como un tapiz de unos en otros álamos. Llegó rompiendo por entre la maleza y las plantas parásitas hasta una especie de rellano que iluminaba la claridad del cielo... ¡Nadie!
La media noche tocaba a su punto. La luna, que se había ido remontando lentamente, estaba ya en lo más alto del cielo, cuando al entrar en una oscura alameda que conducía desde el derruido claustro a la margen del Duero, Manrique exhaló un grito leve y ahogado, mezcla extraña de sorpresa, de temor y de júbilo.
En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca, que flotó un momento y desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y se ocultaba entre el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras o imposibles penetraba en los jardines.
-¡Una mujer desconocida!... ¡En este sitio!..., ¡a estas horas! Esa, esa es la mujer que yo busco -exclamó Manrique; y se lanzó en su seguimiento, rápido como una saeta.
Llegó al punto en que había visto perderse entre la espesura de las ramas a la mujer misteriosa. Había desaparecido. ¿Por dónde? Allá lejos, muy lejos, creyó divisar por entre los cruzados troncos de los árboles como una claridad o una forma blanca que se movía.
-¡Es ella, es ella, que lleva alas en los pies y huye como una sombra! -dijo, y se precipitó en su busca, separando con las manos las redes de hiedra que se extendían como un tapiz de unos en otros álamos. Llegó rompiendo por entre la maleza y las plantas parásitas hasta una especie de rellano que iluminaba la claridad del cielo... ¡Nadie!
(...)
Y esa mujer, que es hermosa como el más hermoso de mis sueños de adolescente, que piensa como yo pienso, que gusta como yo gusto, que odia lo que yo odio, que es un espíritu humano de mi espíritu, que es el complemento de mi ser, ¿no se ha de sentir conmovida al encontrarme? ¿No me ha de amar como yo la amaré, como la amo ya, con todas las fuerzas de mi vida, con todas las facultades de mi alma?
Vamos, vamos al sitio donde la vi la primera y única vez que le he visto... ¿Quién sabe si, caprichosa como yo, amiga de la soledad y el misterio, como todas las almas soñadoras, se complace en vagar por entre las ruinas, en el silencio de la noche?
Dos meses habían transcurrido desde que el escudero de D. Alonso de Valdecuellos desengañó al iluso Manrique; dos meses durante los cuales en cada hora había formado un castillo en el aire, que la realidad desvanecía con un soplo; dos meses, durante los cuales había buscado en vano a aquella mujer desconocida, cuyo absurdo amor iba creciendo en su alma, merced a sus aún más absurdas imaginaciones, cuando después de atravesar absorto en estas ideas el puente que conduce a los Templarios, el enamorado joven se perdió entre las intrincadas sendas de sus jardines.
La noche estaba serena y hermosa, la luna brillaba en toda su plenitud en lo más alto del cielo, y el viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles.
Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su recinto y miró a través de las macizas columnas de sus arcadas... Estaba desierto.
Salió de él, encaminó sus pasos hacia la oscura alameda que conduce al Duero, y aún no había penetrado en ella, cuando de sus labios se escapó un grito de júbilo.
Había visto flotar un instante y desaparecer el extremo del traje blanco, del traje blanco de la mujer de sus sueños, de la mujer que ya amaba como un loco.
Corre, corre en su busca, llega al sitio en que la ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, fija los espantados ojos en el suelo, permanece un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso agita sus miembros, un temblor que va creciendo, que va creciendo y ofrece los síntomas de una verdadera convulsión, y prorrumpe al fin una carcajada, una carcajada sonora, estridente, horrible.
Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos, pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante.
Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus ramas."
Vamos, vamos al sitio donde la vi la primera y única vez que le he visto... ¿Quién sabe si, caprichosa como yo, amiga de la soledad y el misterio, como todas las almas soñadoras, se complace en vagar por entre las ruinas, en el silencio de la noche?
Dos meses habían transcurrido desde que el escudero de D. Alonso de Valdecuellos desengañó al iluso Manrique; dos meses durante los cuales en cada hora había formado un castillo en el aire, que la realidad desvanecía con un soplo; dos meses, durante los cuales había buscado en vano a aquella mujer desconocida, cuyo absurdo amor iba creciendo en su alma, merced a sus aún más absurdas imaginaciones, cuando después de atravesar absorto en estas ideas el puente que conduce a los Templarios, el enamorado joven se perdió entre las intrincadas sendas de sus jardines.
La noche estaba serena y hermosa, la luna brillaba en toda su plenitud en lo más alto del cielo, y el viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles.
Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su recinto y miró a través de las macizas columnas de sus arcadas... Estaba desierto.
Salió de él, encaminó sus pasos hacia la oscura alameda que conduce al Duero, y aún no había penetrado en ella, cuando de sus labios se escapó un grito de júbilo.
Había visto flotar un instante y desaparecer el extremo del traje blanco, del traje blanco de la mujer de sus sueños, de la mujer que ya amaba como un loco.
Corre, corre en su busca, llega al sitio en que la ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, fija los espantados ojos en el suelo, permanece un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso agita sus miembros, un temblor que va creciendo, que va creciendo y ofrece los síntomas de una verdadera convulsión, y prorrumpe al fin una carcajada, una carcajada sonora, estridente, horrible.
Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos, pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante.
Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus ramas."
Besos y sed Felices.
viernes, julio 07, 2006
Estadios de soledad
La soledad tiene sus formas.
Siempre he vivido sola. Lo cierto es que disfruto de la soledad. Da una cierta libertad, una vida interior que no se consigue de otro modo.
Cuando digo que siempre he vivido sola, es obvio que no hablo de una soledad física. Pero hay muchas formas de estar sola, ya lo dije al principio.
A mi no me desagrada la soledad siempre y cuando la busco, que es muy amenudo. Me gusta charlar conmigo misma, analizar las circunstancias y en base a ellas actuar. Me gusta pensar. Tal vez pienso demasiado a veces.
Pero hay momentos en que la soledad viene a por ti sin que la llames. En esos momentos te coge el alma y te la estruja. Nieva por dentro y las luces se funden. No se oyen los coches en la calle, ni los gritos de los niños en el parque. Puedes andar por una calle llena de gente y no ver a nadie.
Hay soledades tristes en las que si te quedas, el sol nunca aparece. Siempre llueve una lluvia fina resbaladiza, que cala hasta lo más hondo.
Hay días en los que parece que nadie te escucha ni te ve, la soledad te vuelve transparente, invisible, podrías gritar con toda tu alma y nadie te oiría...
Lo malo de elegir la soledad es que no siempre es voluntario y en esos momentos, aunque sean breves, en que desearías un abrazo o una conversación con alguien que no ande sobre cuatro patas, es cuando recuerdas que la soledad tiene muchas formas y a veces viene a buscarte...
¿Será que llevo demasiado tiempo a solas?
Siempre he vivido sola. Lo cierto es que disfruto de la soledad. Da una cierta libertad, una vida interior que no se consigue de otro modo.
Cuando digo que siempre he vivido sola, es obvio que no hablo de una soledad física. Pero hay muchas formas de estar sola, ya lo dije al principio.
A mi no me desagrada la soledad siempre y cuando la busco, que es muy amenudo. Me gusta charlar conmigo misma, analizar las circunstancias y en base a ellas actuar. Me gusta pensar. Tal vez pienso demasiado a veces.
Pero hay momentos en que la soledad viene a por ti sin que la llames. En esos momentos te coge el alma y te la estruja. Nieva por dentro y las luces se funden. No se oyen los coches en la calle, ni los gritos de los niños en el parque. Puedes andar por una calle llena de gente y no ver a nadie.
Hay soledades tristes en las que si te quedas, el sol nunca aparece. Siempre llueve una lluvia fina resbaladiza, que cala hasta lo más hondo.
Hay días en los que parece que nadie te escucha ni te ve, la soledad te vuelve transparente, invisible, podrías gritar con toda tu alma y nadie te oiría...
Lo malo de elegir la soledad es que no siempre es voluntario y en esos momentos, aunque sean breves, en que desearías un abrazo o una conversación con alguien que no ande sobre cuatro patas, es cuando recuerdas que la soledad tiene muchas formas y a veces viene a buscarte...
¿Será que llevo demasiado tiempo a solas?
Quiero que comprendas, en un pozo caimos
Tuvimos nuestro pacto y no lo cumplimos
Y no es cuestión de culpas nada más
Si el ángel que cuidaba nuestra puerta lo hizo mal
Y no hay que hacer preguntas que no tienen respuesta
La vida está plagada de malditas apuestas
Y no hay ninguna duda, te perdí
Pero el perro que tenía me alquiló su cicatriz.
SoledadY ya no hay nada que hacer, la distancia no entiende de penas
Y ya no hay nada que hacer, con pasiones y vidas ajenas.
Maltratado por el humo me acosté
Más que nunca tengo escrito soledad en mi pared.
Me esperan noches largas tirado en la alfombra
Prefiero estar a oscuras por no ver mi sombra
Y tal vez no reconozca que te vi
Estabas con tu saco verde y tu bufanda gris.
Soledad
Y ya no hay nada que hacer, la distancia no entiende de penas
Y ya no hay nada que hacer, con pasiones y vidas ajenas.
Maltratado por el humo me acosté
Más que nunca tengo escrito soledad en mi pared.
Y ya no hay nada que hacer soledad
Y ya no hay nada que hacer, con pasiones y vidas ajenas.
Y ya no hay nada que hacer soledad
Y ya no hay nada que hacer, con pasiones y vidas ajenas.
Uh, soledad...
martes, julio 04, 2006
La Despedida, o como romper el silencio
Durante cuatro meses he soportado este silencio, que me carcome.
Voy merodeando por los vacíos de mi alma, rebuscando en el hueco de mi corazón, los restos del naufragio, y esperando que el silencio se muera o se diluya en el agua de mis lágrimas o en el eco de tu voz dulce.
Espero sin sentido y me quedo dormida a la orilla de tu cobardía, que parece aumentar según pasa el tiempo. Siento el frío de tu ausencia que me hiela de dentro afuera, desde ese agujero negro en el que se convirtió mi corazón, como a veces pasa con las estrellas.
Dicen que miro triste, que no sonríen mis ojos. Será que siguen llorando en silencio, aunque nadie los ve llorar. Ya me cuido yo que así sea.
Miro con distancia, como si nada de lo que ante mi hubiera existiera en realidad. Miro hacia ti, y en la distancia sigo mirándote a los ojos para ver si por fin me respondes, pero tus ojos se ven borrosos, como en neblina, la neblina del muro que has construido entre tú y yo, creyendo que así tal vez yo no te vea.
Pero te veo. Sé donde estás. Sé que no eres más que la sombra de lo que quisiste hacerme creer que eras. Sólo eres un disfraz, un espejismo, el reflejo de un rayo de luna. Nada.
Y aún así sigo esperando, creyendo que tal vez si que seas real, y cada día que pasa me doy más cuenta que nunca vas a dar la cara. No eres nada. Sólo el rayo de luna que se va al salir el sol.
Y por eso me voy.... Ya me he cansado de esperar a que el rayo de luz se convierta en lo que nunca podrá ser. La oscuridad de tu silencio ha apagado todo reflejo de tu espejismo, y por mi parte no quedan ya ni las ganas.
Tal vez sólo necesites tiempo, pero en la clepsidra de mi vida tu agua ha dejado de gotear. No puedo ni quiero seguir viendo caer la gota que quedó suspendida en el aire. No voy a mirar las ondas que deja, ni siquiera voy a esperar que la espera desespere, ni que el silencio se vuelva estruendo de amor como cristales rompiendose contra el suelo de tu olvido.
Huiste porque no supiste amar, o tal vez porque este amor se te quedó grande, me da igual, francamente. Me abandonaste, no tuviste valor ni de apoyarme, y quieres ser mi amigo, cuando ni siquiera te preocupas de si respiro. Que lástima pero adiós...
Y sigo pensándote, pero no dejas de ser un rayo de luna que un día vi y creí que era mi sueño. Pero los sueños sueños son y tú sólo fuiste la sombra de un sueño, no diste para más.
Ando en círculos alrededor de tu recuerdo, merodeando en la memoria, rebuscando algún resto de tu sabor en mis labios, o el tacto de tu piel en mis manos, pero si soy sincera, descubro que ya el tiempo dio paso al olvido que empieza a devorar todo resto de tu recuerdo.
Sigo amándote y sigo soñándote, pero debo irme. Es el momento de partir, de alejarme de tanto daño y acabar con la niebla que cubre mis ojos, para que puedan volver a sonreir.
Voy merodeando por los vacíos de mi alma, rebuscando en el hueco de mi corazón, los restos del naufragio, y esperando que el silencio se muera o se diluya en el agua de mis lágrimas o en el eco de tu voz dulce.
Espero sin sentido y me quedo dormida a la orilla de tu cobardía, que parece aumentar según pasa el tiempo. Siento el frío de tu ausencia que me hiela de dentro afuera, desde ese agujero negro en el que se convirtió mi corazón, como a veces pasa con las estrellas.
Dicen que miro triste, que no sonríen mis ojos. Será que siguen llorando en silencio, aunque nadie los ve llorar. Ya me cuido yo que así sea.
Miro con distancia, como si nada de lo que ante mi hubiera existiera en realidad. Miro hacia ti, y en la distancia sigo mirándote a los ojos para ver si por fin me respondes, pero tus ojos se ven borrosos, como en neblina, la neblina del muro que has construido entre tú y yo, creyendo que así tal vez yo no te vea.
Pero te veo. Sé donde estás. Sé que no eres más que la sombra de lo que quisiste hacerme creer que eras. Sólo eres un disfraz, un espejismo, el reflejo de un rayo de luna. Nada.
Y aún así sigo esperando, creyendo que tal vez si que seas real, y cada día que pasa me doy más cuenta que nunca vas a dar la cara. No eres nada. Sólo el rayo de luna que se va al salir el sol.
Y por eso me voy.... Ya me he cansado de esperar a que el rayo de luz se convierta en lo que nunca podrá ser. La oscuridad de tu silencio ha apagado todo reflejo de tu espejismo, y por mi parte no quedan ya ni las ganas.
Tal vez sólo necesites tiempo, pero en la clepsidra de mi vida tu agua ha dejado de gotear. No puedo ni quiero seguir viendo caer la gota que quedó suspendida en el aire. No voy a mirar las ondas que deja, ni siquiera voy a esperar que la espera desespere, ni que el silencio se vuelva estruendo de amor como cristales rompiendose contra el suelo de tu olvido.
Huiste porque no supiste amar, o tal vez porque este amor se te quedó grande, me da igual, francamente. Me abandonaste, no tuviste valor ni de apoyarme, y quieres ser mi amigo, cuando ni siquiera te preocupas de si respiro. Que lástima pero adiós...
Y sigo pensándote, pero no dejas de ser un rayo de luna que un día vi y creí que era mi sueño. Pero los sueños sueños son y tú sólo fuiste la sombra de un sueño, no diste para más.
Ando en círculos alrededor de tu recuerdo, merodeando en la memoria, rebuscando algún resto de tu sabor en mis labios, o el tacto de tu piel en mis manos, pero si soy sincera, descubro que ya el tiempo dio paso al olvido que empieza a devorar todo resto de tu recuerdo.
Sigo amándote y sigo soñándote, pero debo irme. Es el momento de partir, de alejarme de tanto daño y acabar con la niebla que cubre mis ojos, para que puedan volver a sonreir.
Porque no supiste entender a mi corazón
lo que había en el,
porque no tuviste el valor
de ver quién soy.
Porque no escuchas lo que
está tan cerca de ti,
sólo el ruido de afuera
y yo, que estoy a un lado
desaparezco para ti
No voy a llorar y decir,
que no merezco esto porque,
es probable que lo merezco
pero no lo quiero, por eso...
Me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti y
me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti.
Porque sé, que me espera algo mejor
alguien que sepa darme amor,
de ese que endulza la sal
y hace que, salga el sol.
Yo que pensé, nunca me iría de ti,
que es amor del bueno, de toda la vida
pero hoy entendí, que no hay
suficiente para los dos.
No voy a llorar y decir,
que no merezco esto porque,
es probable que lo merezco
pero no lo quiero, por eso...
Me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti
y me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti.
Me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti
y me voy,que lástima pero adiós
me despido de ti y me voy.
Me voy, que lástima pero adiós
me despido de ti y me voy,
que lástima pero adiós
me despido de ti y me voy.
Besos y sed felices.
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