domingo, octubre 22, 2006

Nena



Atardece... vestida de rojo, dos coletitas, pelo cobrizo y encaracolado, juega sin importarle que es domingo.... Sonrio y me pierdo en la memoria.
Tenía un peto rojo, con una A en amarillo y una E en verde. Me gustaba, no sé si por su color intenso, o simplemente porque era cómodo. Pero me gustaba.
Tenía mi locomotora de latón, con sus luces rojas, al encenderla, giraba sobre sí misma y hacía el sonido de una locomotora de vapor. A veces jugaba con ella y en la televisión hacían "La general". Sinceramente creo que nací gustándome el cine. Miraba a Buster con su triste sonrisa y su preciosa locomotora y pensaba que la mía era aquella que tan feliz hacía a Mr. Keaton.
Tenía un osito de peluche. Un día decidí cortarle su pelo azul, para que le creciera más.... Nunca le creció y a veces me preguntaba por qué no le crecía.
Jugaba con canicas en el pasillo... A veces pensaba que mis canicas eran pequeños mundos, con gente pequeñita dentro... Entonces andaba por el pasillo como mareada, yendo de una pared a la otra, mientras imaginaba que mi casa, mi calle y todo lo que conocía estaba dentro de una canica gigantesca, y alguien jugaba con ella...
Siempre estaba riéndome. A menudo me levantaba cantando, cantaba por todo, cuando era primavera, o cuando el día era soleado, me gustaba cantar. Me sigue gustando. A mi padre le gustaba mi risa, por eso jugaba a hacerme cosquillas. Yo me retorcía entre sus brazos, mientras me reía... Entonces mi padre paraba y me acariciaba la espalda. Me siguen gustando las caricias. Y que me hagan reír.
Tenía un caballito de juguete. Siempre iba con él en la mano. Mediría unos 20cm de largo, por unos 10cm de alto, en plástico macizo de color negro, en posición de trote. Cerraba los ojos y me veía galopando con él por playas unas veces, otras por grandes extensiones verdes. Soñaba a menudo con mi caballo negro. Sigo deseando un caballo. Pero ahora no sueño con galopar. Ahora a ratos galopo y siento que vuelo.
Recuerdo las mañanas de sábado en viveros, paseando por el parque, yendo a ver los patos, dando de comer a las palomas con el alpiste que vendía una señora, bolsitas de colores a 15 pesetas cada una. También las vendían en la Plaza de la Virgen, cuando paseábamos los domingos, yendo a la escuraeta o a la Plaza Redonda... Me gustaba aquella plaza circular, con sus mil puestos de cosas de segunda mano y sobretodo, con los puestos donde vendían animales. Tuve varias tortuguitas compradas allí y algunos peces de colores.
Algunos sábados íbamos al mercado central. Al principio no me gustaba demasiado, pero luego empecé a encontrarlo divertido. Los puestos de verduras con sus mil colores, el pescado, con aquellas langostas siempre vivas, y mi padre, siempre sabiendo donde comprar cada cosa.
Recuerdo la feria de Julio. Me gusta la feria. Iba con mis padres, me subía al tren de la bruja, a los aviones y en los coches de choque. Creo que ya me gustaba conducir entonces. Me quedaba embobada con las luces y me gustaba subir con mis padres a la noria y ver desde allí arriba la ciudad, tan hermosa mientras caía la tarde, con sus calles iluminadas, sus edificios, las Torres de Cuarte y las de Serrano, el cauce viejo del rio partiendo en dos la ciudad...



Y el circo. Siempre quise ser trapecista. Me veía volando de un columpio al otro, haciendo equlibrios colgada de una cuerda, girando sobre mi misma, dejándome caer para que otro me recogiera en plena caida. Me reía con los payasos hasta saltarme las lágrimas y me quedaba embobada con los tigres y los leones, aunque si habia caballos todo lo demás no me importaba. Y los magos. Recuerdo en una ocasión que un mago hizo desaparecer a una chica, me impresionó mucho porque quemó la caja donde la había metido, pero luego ella apareció por otro lado del escenario... Pero el truco que más me gustaba era el de las anillas que se enganchaban y desenganchaban, era tan hermoso y tan sencillo y al tiempo tan complejo...
Entonces todo era sencillo. Yo era feliz con mi peto rojo y mi locomotora, con mis coches de carreras y mis peluches, me reía casi con cualquier cosa y los días se sucedían sin más.
Recuerdo que tenía entonces cinco, tal vez seis años. El mundo era de caramelo y mi mayor problema residía en saber como colarse en un cuadro, al igual que lo hacían los protagonistas de Mary Poppin's. Quería volar como Campanilla y bailar como Paulova. Quería vivir como Felix Rodríguez de la Fuente o irme al frente a fotografiarlo. Disfrutaba lo mismo jugando con mis canicas que revelando fotos con mi padre. Tenía tantos sueños, tantas sonrisas...
Guardo mi nena como un tesoro, en una cajita. A ratos la dejo salir para que lo revuelva todo con sus risas, la veo corretear entre mis cosas, con su peto rojo, sus tirabuzones cobrizos y el osito entre sus brazos. Viene, me saca la lengua y luego vuelve a su cajita, dejando este perfume a caramelo y estas mariposas revoloteando...

Besos y sed felices

21 comentarios:

JeJo dijo...

- Sin dudarlo el niño jejo se hubiera hecho amigo de la niña esther ...
Y óyeme , abres esa cajita de recuerdos , montas tu corcel negro y logras que ese final de cuento con el que te identificas , sea un final felíz !.

Saludos.

Esther Hhhh dijo...

Ojala fuera así de sencillo Jejo, me encantaría...
Ah, por cierto, cuando jugaba a indios y vaqueros, siempr quería ser india. Te advierto, defendía mis principios a puños... Esto es para advertir al niño Jejo que solo le queda ser Vaquero ;-P

Besitos

Cocó Chanel dijo...

te dejo mis saludos, me quedo leyendote....me interesa la emocion, la fatiga del alma y los ojos dentro del mar como si fuera...y sin embargo...

Esther Hhhh dijo...

Me alegra verte aquí Made in China... Espero verte más veces... Disfruta de la lectura.
Besitos

Esther dijo...

Hola tocaya!!! Me alegra y me encanta tu visita, muchas gracias. Te leeré siempre... lo haces de maravilla.
XXX

Colombine dijo...

me gustó leerte y volver por un rato a ese tiempo donde las horas duraban lo mismo que los años y no era necesario buscar explicaciones a las cosas.

Esther Hhhh dijo...

Será un placer Esther verte más veces por aquí, eso sí, algún código tenemos que hacer para avisar que somos la una de visita en la otra, porque hija, casi te borro pensando que había duplicado mi comentario, jajajaja... Te propongo poner en negrita o mayúsculas la primera palabra de nuestros comentarios... Así nos avisamos.
Yo también pienso seguir leyendote, me encantaron tus estheradas...
Besitos

Si Colombine lo cierto es que era ese tiempo donde todavía se nos dejaba ser felices sin más...
Bienvenida a los Silencios Interverbales. Espero verte muchas veces.
Besitos

Anónimo dijo...

son mas importantes las acciones que las palabras

Esther Hhhh dijo...

Por eso me gustan los silencios que dejan las palabras, soleil.. Dejan el espacio a las acciones.
Bienvenida. Te espero más veces entre silencio y palabra..
Besitos

Anónimo dijo...

recuerdo haber escrito un post parecido...por favor lee lo que me comentaste, que hoy es lo mismo que te puedo decir yo...
http://bluestarbluemoon.blogspot.com/2006/07/que-tiempos-aquellos.html

lo siento..no se cómo hacerlo link...

saludos

Esther Hhhh dijo...

Cierto BAR, pero hay momentos en que no estaría mal volver a aquella época donde los sueños parecían reales...
Besitos y gracias por recordarme lo que yo misma dije ;-P

PD: He cambiado mi nombre ligeramente, por coincidencias con otra bloggera...

Enttropia dijo...

Qué imagen más hermosa, gracias pequeña.

Niña preciosa, que suerte tienes de poder sacar a esa pequeñaja de la cajita y dejarla revolotear un rato en tu vida de persona mayor...

yo lo olvidé todo, la perdí.

Esther Hhhh dijo...

Siento que la olvidaras Enttropia, y que la perdieras, aunque yo la he visto esconderse entre los silencios de las palabras de algunos de tus relatos...
Un besito guapa, gracias por tu visita, me encanta verte por aquí

Recomenzar dijo...

gracias por visitarme
desde Miami la bloguera del periodico Nuevo Herald

Esther Hhhh dijo...

Un placer.. Pero tu lo hiciste primero, jejeje... Besitos desde Valencia

Esther dijo...

Con tus hhhh ya no es necesario lo de la letra en negrita, verdad¿?
A ver si nos aclaramos, jejeje!!!
BESOS.

Esther Hhhh dijo...

Ains Esther, si hija, porque qué lío... Incluso hay quien nos confunde en los comentarios... menos mal que tenemos estilos diferentes, jejejeje. Pero aún así, es un placer concocerte, no te vayas a pensar...
Besitos

Ruben dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada, eres unica para escribir sobre recuerdos que tienes de hace muuuchos años. Yo estare en condiciones de hacer lo mismo dentro de un tiempo, ahora es cuando estoy viviendo los años felices y jovenes (a mi edad) que tu recuerdas.
Besitos.

Esther Hhhh dijo...

Pues Ruben, cielo, vas con cierto retraso... Que yo aquí recordaba mis años jovenes, cuando todavía podía contarlos con los dedos de una mano y en alguna de las cosas que aquí he contado, hasta me sobraba algun dedito...
Besitosssssss

Anónimo dijo...

Hola Esther, nena, sí que da gusto recordar nuestro mundo infantil. ¡Gracias por hacerme volver la mirada atrás!

Esther Hhhh dijo...

De nada Diego, nene, para eso estamos ;-P
Besitos